¡Hola a todos!
Hoy os voy a contar mi experiencia en el maratón Campofrío de Burgos celebrado el pasado domingo 9 de octubre. No es la primera vez que colaboro como voluntaria pero si la primera en un evento deportivo.
Esta es la primera ocasión que se celebra una prueba deportiva de estas características en nuestra ciudad por lo que desde la organización habilitaron en su página web un formulario para voluntarios.
Esta llamada de colaboración fue apoyada por nada más y nada menos que trescientas personas. Trescientas personas que de forma totalmente desinteresada estaban dispuestas a aportar su granito de arena.
El día anterior al evento, Rodrigo, el coordinador de voluntarios impartió una formación previa a tener en cuenta el día del maratón así como se solicitó a los voluntarios el cuerdo de incorporación y una declaración responsable de no tener antecedentes penales.
Esa misma tarde ya comenzaron algunos voluntarios ayudando en la maratón chiqui y en la preparación de bolsas para los corredores.
El día del evento a las ocho de la mañana cada persona estaba en su posición. Distribuidas entre : ropero, recorrido (con personas para señalizar y ayudar), avituallamiento, apoyo a corredores (grupo de soporte, salida a meta, polivalentes), y patinadores.
Precisamente el equipo de patinadores formado por CD Roller Burgos y otras asociaciones de patinadores fueron los encargados de acompañar durante todo el trayecto a los corredores hasta la meta. Ellos también fueron los encargados de que no les faltase de nada, ya que llevaban spray réflex y vaselina.
Y bien, a mí me tocó en el ropero. El ropero se instaló en la pista de hockey del Plantío. Para esta tarea estuvimos treinta personas.
Si soy sincera, a mí en un principio no me gustó mucho esta localización ya que pensaba que al estar un poco alejados del recorrido apenas podríamos disfrutar del evento pero desde la organización ubicaron a treinta voluntarios para poder rotar y tuve la suerte de ver la salida e incluso de ver la llegada de amigos que participaron en la competición. Además en cuanto a la climatización ese lugar fue en el que mejor se estaba, tanto es así que junto al ropero se instalaron los fisioterapeutas.
Las personas que estuvimos en el ropero nos organizamos tan bien que en el momento que veíamos por la ventana a un corredor que se acercaba, se activaba el mecanismo: se localizaba rápidamente según el dorsal sus pertenecías y en el momento que ellos entraban ya tenían preparadas sus pertenencias, sin hacerles esperar. Muchos de ellos nos agradecieron esa rapidez, ya que después de correr 42 km lo único que les apetecía era coger sus cosas, darse una ducha e irse a descansar.
Un detalle que me llamó mucho la atención fue que algunos corredores de la media maratón destacaron que apenas hubo afición animándoles por las calles de Burgos, aunque si para los que corrieron el maratón.
Esperamos que el año que viene la ciudad se vuelque con este evento deportivo y la gente anime a los corredores desde primerísima hora de la mañana. Aprovecho también para animar a todos aquellos que les guste el deporte a que se animen a participar como voluntarios en eventos deportivos.
Por último, no me quiero olvidar de destacar el gran trabajo de la organización del evento. Una prueba de estas características exige mucho trabajo, muchos trámites, muchos permisos y sobretodo mucha colaboración y coordinación entre patrocinadores, asociaciones, medios de comunicación, entre otros.
¡Nos vemos el año que viene!